…el haber renunciado a los grandes y medianos propósitos y haberme instalado sólo en los pequeños (son más fáciles) supone que nadie puede esperar de mí nada especial (nunca nadie lo ha hecho) y yo tampoco, naturalmente. Por fin me he dado cuenta que esa supuesta expectativa gloriosa tiene una importancia más que relativa y que lo importante es estar contento y no adormecerse del todo nunca. Ah, y hacer algún viaje sin propósitos en especial de vez en cuando, y si es a la maravillosa ciudad de Estambul, mucho mejor;…
25 SEPTIEMBRE 2012
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