…Las gentes de Estambul no nos hicieron mucho caso. Nosotros a ellos tampoco. Sólo se dirigían a nosotros cuando nos aproximábamos a las zonas de consumo: mercados, restaurantes, puestos callejeros y sitios parecidos. En cualquier otro lugar pasábamos completamente desapercibidos. Los viajero-turistas (o con propósitos) sin embargo, sí se hacían notar; caminaban y miraban y miraban y caminaban. Ah, y no paraban de fotografiar como locos, compulsivamente, las cosas y las vistas más insospechadas. Eran incansables…
29 SEPTIEMBRE 2012
© 2012 pepe fuentes