…Segismundo se observaba realizando el esfuerzo titánico e intentando desesperadamente sacar de sus entrañas lo mejor de sí mismo, pero enseguida notaba todas sus insuficiencias ahogándole. Su expresión se desencajaba y se reconocía, claro que sí, pero sus sensaciones eran decepcionantes, como siempre. Segismundo no estaba a la altura en la que idealmente se veía en sus sueños de seguridad y plenitud…
21 OCTUBRE 2012
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