CARTA A LUCÍA MAE (V): Hola Lucía, ya estoy aquí otra vez, por tu cumpleaños. Este año es el quinto. Tú allí y yo aquí. Todo va muy rápido, sobre todo para mí (a partir de un cierto momento todo se precipita incontroladamente). Para ti, ahora, el paso del tiempo es una experiencia diferente: lenta e impaciente, seguramente. Aunque, por lo que he observado, en ti ya tiene una considerable importancia. Tienes una inclinación natural a emplearlo intensamente en las cosas que te gustan: los libros, los juegos con tus princesas y el trato con otros niños. Es curioso, pero se parece bastante a lo que a mi me gustaba a tu edad; aunque en mi caso no había princesas, sólo una perra muy lista (Cuca) y un aro; pero lo que más me importaba eran los otros niños. A ti también. Por lo que sé, también te encantaría tener un perrito listo con el que jugar. El verano pasado, en los días que estuviste aquí, cerca de nosotros, observé algo que no había visto antes a otros niños: querías subir a toboganes y columpios con tu libro de historias principescas debajo del brazo. No lo soltabas. Supongo que pensabas que eran perfectamente compatibles, porque ambas cosas te gustaban y, por qué renunciar a una de ellas. Yo, a los cinco años, aún no había empezado a ir al colegio, por lo que en aquella época no jugaba con otros niños y tampoco había libros en mi vida. Tú, sin embargo, ya llevas más de dos años haciéndolo y eso es, y será, estupendo para ti. Me apetece mucho recordar en esta carta la gratísima satisfacción que me produjo este verano escucharte hablar español, y tu perspicaz e inteligente capacidad para interpretar conceptos y palabras. Una mañana de sábado, en la que paseábamos por un parque, viste una puerta cerrada que se encontraba por debajo del nivel del suelo y enseguida la señalaste: «es una puerta secreta». Parece que tendrás talento para la literatura. Lo que es seguro, me parece, y eso me encanta, es que los libros y las historias siempre ocuparán un lugar capital en tu vida. Pero lo que más me gusta de todo es cuando nos encontramos después de meses sin vernos y corres hacía mi y me abrazas con mucha fuerza. En fin, Lucía, sólo quiero decirte que el recordarte me emociona porque te quiero. Tu quinto año será fabuloso, seguro. Felicidades y un beso muy grande para ti.
23 OCTUBRE 2012
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