DOS: EL ALEJAMIENTO:
…Salimos de aquel colegio en el verano de mil novecientos sesenta y ocho y nos perdimos de vista. Mi querido amigo A., volvió a su pueblo y no supe qué hizo después. Mis padres, por fin asumieron que habían traído al mundo a un incompetente y decidieron sacarme de los «estudios» y ponerme a trabajar, a ver si conseguía aprender un oficio que me diera de comer. No supe qué hicieron los padres de A.; al menos ellos tenían tierras y una tienda de comestibles. Mis padres no tenían nada de nada, salvo humildes y mal pagados trabajos. Seguimos con nuestras vidas sin saber nada el uno del otro durante los siguientes cuarenta y cuatro años…
26 OCTUBRE 2012

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