…a las ocho me dediqué a limpiar una de las paredes de «La Habitación de Retratar». El nerviosismo y una cierta ansiedad comenzaron a apoderarse de mí. Sospeché que sería un día complicado. A las ocho y cuarenta y cinco decidí trabajar en objetos que planeo utilizar como atrezo fotográfico. A saber: corté el respaldo alto de una silla de hierro con objeto de utilizar sólo el asiento sobre las cuatro patas. Me entregué furiosamente al manejo de la radial. Lo conseguí. Más adelante la pintaré de negro. Ah, y esto no es una silla de hierro con el respaldo amputado, sino uno de mis brazos que conseguí conservar después del uso un tanto atolondrado de la salvaje e impetuosa radial…
2 DICIEMBRE 2012
© 2012 pepe fuentes