DICCIONARIO IMPROVISADO E INNECESARIO
Ayer: experiencia borrosa ya. Eco que se aleja vertiginosamente hacía el silencio y la desmemoria. No hice nada digno de mención, aunque no lo sé con exactitud porque ya lo he olvidado. Ni tan siquiera un magnicidio justo y necesario que hubiera llevado a cabo con pulcritud y limpieza me habría redimido del extravío; aunque sí tal vez a la víctima de mi genialidad y arrojo. Para poder soportar el vértigo creciente de mi descenso precipitado hacia las más insondables e insustanciales simas del embrutecimiento, este mes he decidido sentirme inspirado por Ambrose Bierce, y es más, invitarle algunos días, a dejar su lúcida huella en este diario. Su genialidad alcanzó el más alto grado de expresión artística cuando desapareció sin dejar rastro. Convirtió la sordidez de la muerte en un enigma límpido y poético. Y ahora él: «AYER: Infancia de la juventud, juventud de la madurez, pasado entero de la edad». A.B.
1 FEBRERO 2013
© 1955 pepe fuentes