…Esa visión podría ser la ausencia o más bien presencia de una superficie monocromática. El espacio vacío es una excelente propuesta de -cuadro- que va más allá de lo que estamos acostumbrados a ver y que tenemos perfectamente codificado en nuestra experiencia. Además, es una genial, provocadora y elemental metáfora que se dirige directamente a nuestra alma que, si pudiéramos representarla, probablemente se parecería a un cuadro limpio y terso y cromáticamente neutro. Siempre disponible para ser pintado y borrado y pintado y borrado. Y así hasta el final. O no, para qué, mejor simplemente nada. Lo que propone un cuadro sin historia son todas las historias. También las limitaciones y la grandeza al mismo tiempo del alma humana. Ah, y romper con las convenciones de la mirada…
4 MARZO 2013
© 2013 pepe fuentes