…Por otro lado, -no se trata de hacer por hacer-, me digo. Hago durante todo el tiempo y acumulo toneladas de material, sin saber muy bien el sentido que puede tener. Pasaré toda una vida acumulando producción y sospecho que serán como piedras amontonadas. Al final del recorrido tendré una mole inmensa de ellas, pasará alguien por allí y la formidable montaña le llamará la atención y se dirá ¿quién habrá hecho este descomunal esfuerzo? Permanecerá exactamente treinta segundos mirando con vértigo hacia la cúspide del prodigio, y, encogiéndose de hombros, continuará su camino como si nada. Exactamente treinta segundos después habrá olvidado la visión del estúpido y grande montón de nada. Así son las circunstancias para los esforzados artífices sin talento…
4 ABRIL 2013
© 1989 pepe fuentes