…Está suficientemente claro, me parece, que estos últimos días estoy hablando de suficiencia o autodidactismo, en un sentido que va un poco más allá del concepto académico, «instruirse con medios propios», porque de lo que pretendo hablar es de retroalimentarse y reafirmarse con lo que uno hace. Para ello es necesario una cierta capacidad negociadora y exigente con uno mismo, sin autocomplacencia, pero tampoco con una excesiva exigencia que resulte estéril, frustrante. Quizá será necesario echar mano, una vez más, al recurso de la inteligencia como ingrediente imprescindible. Vicente Verdú, otra vez: «El artista, y tanto más cuanto más autodidacta es, no puede saber con certeza el valor de lo que hace. Llega a saber si aquello vale o no según su propio gusto pero el paladar general es, a menudo, aplastante y devuelve pronto a la soledad»…
10 ABRIL 2013
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