…Sí, porque no hay motivo que merezca un discurso, o más bien al contrario. Parece que todo lo que se hace en el terreno de la plástica (también de otros lenguajes) necesita de explicaciones o discursos y si no, pues nada, que no vale lo suficiente, supongo que para evitar el riesgo de incomprensión. Curiosamente todo esto resulta un galimatías insufrible: a obras incomprensibles se las viste con conceptos aparentemente entendibles, y a veces al revés. Estamos intoxicados del dichoso, interminable y estúpidamente enrevesado –conceptualismo-. Por qué no se va toda esa engorrosa y sobrevalorada tendencia a la mierda de una vez por todas y los artistas se dedican a actuar a corazón abierto. La verdad es que no sé por qué hablo de todo esto, porque en realidad a mí me importa una mierda todo ese asunto del arte. Lo único que quiero es encontrarme a mí mismo en lo que hago y poder reír abiertamente, sin sombras ni sospechas…
14 ABRIL 2013
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