…Después de dos días de búsqueda de localizaciones con poco éxito y menos ganas, decidí acercarme a un lugar que me gustó, hace tanto tiempo ya, que es como nuevo, y que se encuentra a ciento cincuenta y nueve kilómetros de mi casa. Llegué después de hora y media de carretera, exactamente a las diez de la mañana del viernes diecinueve de abril. No sabía qué podría hacer, no llevaba ninguna idea preestablecida; sólo quería mirar y dejarme llevar por el azar. Quizá, acordándome del precioso título de uno de los libros que compré el otro día: Nada es bello sin el azar… La fotografía de hoy la realicé en este abandonado lugar la última vez que estuve, hace nada menos que seis años ya. La velocidad de bajada por la pendiente del atroz y veleidoso paso del tiempo ya es vertiginosa e incontrolable y aumentando. Imparable, maldita sea…
6 MAYO 2013
© 2007 pepe fuentes