…Permanecí en el lugar hasta las trece treinta. Durante tres horas y media anduve «creativamente» entre jaras, retamas, eucaliptos, tomillos, diminutas flores primaverales y las ruinas de cuatro pequeñas casas de obreros que atendían a la fantasmal estación de ferrocarril de Nava Fuentes. Sorprendentemente nadie apareció, lo que resultó una suerte insólita y feliz. Sólo el viento provocaba algún sonido entre la profusa y silvestre vegetación…
15 MAYO 2013
© 2013 pepe fuentes