Y LAS ÚLTIMAS DE ESTE MES del «fotógrafo-narcisista» (y absurdo): entró medroso en la derruida Venta. Unos azulejos sobre un arco de entrada recordaban el nombre del lugar, cuando aún estaba habitado, en el margen de una carretera ahora abandonada: Manantial Venta del Hoyo. El hueco de la puerta de entrada comunicaba con un pasillo, y de allí partía una escalera que ya no existía, hacia la primera y última planta, por lo que el «fotógrafo-narcisista» no pudo subir. Dependencias a ambos lados del pasillo y escritos a lápiz en las paredes, donde se daba cuenta de la vida «real» y cotidiana en esa casa hace más de sesenta años…
26 JUNIO 2013
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