…Sigo con el arte –conceptual– y/o-performativo-: siempre me ha llamado poderosamente la atención que, en muchos casos, la idea que origina la obra plástica, es débil y escasamente elaborada como concepto, o sencillamente simplista, o elemental. Por ejemplo, cuando Joseph Beuys realiza la performance Cómo explicar cuadros a una liebre muerta, la puesta en escena es, en sí misma, superior a los conceptos que al parecer la motivaron: «representar la sensación de secretismo que dominaba al mundo» o, que los animales, incluso muertos, tenían «mayor capacidad de intuición que la mayoría de los humanos, con su estúpida racionalidad». En fin, puede que todo eso sea cierto pero, para qué devaluar la potencia revulsiva de una representación y la potencia iconográfica de su puesta en escena conceptualizándola? La creación, entonces, es subsidiaria de otras intenciones, luego fallida. Sol LeWitt, dice «El arte conceptual es bueno sólo si la idea es buena»; no me parece suficiente. Creo que, si se quieren expresar ideas, mejor utilizar las palabras y dejar las artes plásticas abiertas al dominio de la sugestión y la forma. No obstante, yo, haría bien en revisar mis acerbas y frecuentes críticas al arte conceptual…
3 JULIO 2013
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