La reflexión de ayer me remite a una pregunta incómoda para mí: ¿en qué contribuyo, aunque sea infinitesimalmente, al desarrollo de algo de lo que hago, la fotografía por ejemplo? Me impresiona y me acobarda tanto la cuestión, que me quedo más mudo que una pequeña e insignificante piedrecita en un camino a ninguna parte. Cualquier contestación sería estúpida por obvia. Luego no me contesto y paso a otra cosa, pero será mañana.