21 AGOSTO 2013

© 2013 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2013
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Fecha de diario
2013-08-21
Referencia
6563

Un día cualquiera de este verano me sentía abatido, desganado. Apenas podía moverme. Sin embargo, conseguí reunir fuerzas suficientes para ir a dar mi paseo. Eran las nueve y media de la mañana y me tropecé con una circunstancia que me hizo gracia. Al final de mi recorrido habitual, junto a la orilla de río, vi el rebaño de ovejas cotidiano que siempre deambula por los alrededores de mi paseo (en la foto, una vaca, y es que en ese mismo sitio, unos días hay ovejas y otros vacas, blancas o negras, depende del día). Di la vuelta, y a cincuenta metros vi al pastor que se acercaba (silencioso, normalmente canturrea), con sus dos perros (también silenciosos) al lado. Los tres caminaban pesadamente, despacio, arrastrando los pies (y las patas); cuando el pastor llegó a cruzarse conmigo me preguntó: has visto a las ovejas? Sí –le contesté, responsablemente-, están un poco más adelante a la izquierda. Ambos continuamos nuestro camino y yo me alejé sonriendo por lo inaudito de la situación (nunca me había encontrado con un pastor que hubiera perdido sus ovejas). Claro, también podría haberle preguntado a él: -me has visto por el camino que traes? Porque también me he perdido y no me encuentro-. El pastor y sus perros parecían cansados y deprimidos, yo también. Ellos eran un caso de notorio absentismo y desgana, yo también. Los tres encontrarían su destino (a las ovejas), yo también (volvía a mi casa). Ellos, fatalmente, unos minutos después, seguirían haciendo lo mismo de siempre, yo también…

Pepe Fuentes ·