23 AGOSTO 2013

…Le pregunté por lo que le había ocurrido a la oveja y me dijo que la había matado un perro. Lamenté el hecho y él me preguntó que para qué quería las fotos. En esos casos no sé muy bien que contestar por lo que le dije que para –nada-. Me dijo que a ver si le iban a «meter» en la cárcel, por mis dichosas fotos. No hombre, –ni mucho menos– le contesté, con las fotos no haré nada de nada. El pastor me miró desconfiado y algo tenso. Me dijo que iba a descuartizar la oveja y sacó una gran navaja del bolsillo. Decidí que lo mejor que podía hacer era largarme. Cuando me alejaba caí en la cuenta que había intentado engañarme con lo del perro asesino, sencillamente porque la oveja no tenía ni una sola herida; a no ser que la hubiera matado de un susto…