…En mi caso, solo hay ganas de fotografiar, sin más. Es un gesto, un ademan desnudo, un puñetazo al vacío. Es nada. Absolutamente prescindible para el mundo, que no para mí. Últimamente cultivo el desprecio por el menor de los atisbos de transcendencia en lo que se refiere a lo fotográfico. Creo recordar que en Agosto de este año dije en este diario que me gustaba mucho Harry Callahan, y sí, naturalmente, porque él decía cosas tan sensatas como: «Creo que un artista quiere alcanzar continuamente el borde de la nada, el punto donde ya no se puede ir más lejos». Por supuesto, no me siento epígono de él ni de nadie, aunque sé que inevitablemente todos lo somos de todos, pero no actúo conscientemente en ese sentido. Ah, y la soga que trepa por las paredes, sólo es eso, una soga que se sube al techo porque ya no soporta arrastrarse por el suelo. Sin más (ni menos).
4 NOVIEMBRE 2013
© 2013 pepe fuentes