EL EXPLORADOR DE LA NADA, en cuatro momentos III:
Sin contar
queda la historia
de las caras
vueltas hacia otro lado.
W. G. Sebald
Después de permanecer unos instantes mirando por el ventanuco, el aparecido y silencioso individuo, miró hacia un lado y permaneció callado. Su gesto pareció indicar que detrás de la hoja ciega no había nada, como todos sabíamos…