EL EXPLORADOR DE LA NADA, en cuatro momentos IV: Cerró sin permitir que viéramos lo que había más allá y descendió lentamente por la escalera. Sabíamos que cuando llegará al suelo, daría media vuelta y abandonaría la habitación sin ni siquiera dirigirnos una mirada. Para él no existíamos porque creía que nunca conseguiríamos entenderle.
«…hace falta mucha atención para ver lo que está sucediendo delante de ti. Se requiere un trabajo un esfuerzo piadoso, para ver aquello que uno está mirando». Don DeLillo
8 NOVIEMBRE 2013
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