Pero yo, en fotografía, jamás me he sentido conscientemente cerca del surrealismo en el sentido estricto y puro del término (demasiado respeto por los artistas célebres, quizá). Siempre he considerado mis impulsos como ocurrencias, pero claro, atendiendo a las esencias filosóficas del movimiento, aunque me resista a verlo así, mis irrefrenables y automáticas asociaciones tienen «algo» que ver con el asunto. A fin de cuentas e independientemente de los aciertos y logros a los que se consiga llegar, todo el mundo sueña, todo el mundo posee un inconsciente, todo el mundo vive y muere, luego todo el mundo es potencialmente surrealista, quiera o no, lo entienda o no. Otra cosa es que dé por plasmar formas e imágenes en cualquier soporte o lenguaje…
«A la mayoría de la gente nada les hará entender la verdadera naturaleza de lo real, que no más que una relación como cualquier otra, que la esencia de las cosas no está ligada en absoluto a su realidad, que hay otras relaciones distintas de lo real que el espíritu puede captar y que son también primordiales, como el azar, la ilusión, lo fantástico, el sueño. Esas diversas experiencias se reúnen y concilian en un género que es la surrealidad». Louis Aragon
26 NOVIEMBRE 2013
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