…Sí, en uno de sus costados había una estatua en honor de un cura llamado Don Joaquín Poveda Sánchez (1879 / 1953). Si la talla era fiel a su constitución física, tuvo buen aspecto, a no ser que el escultor lo idealizara. Se trataba de un hombre alto, apuesto, sobrio de cuerpo, de rasgos afilados que parecían denotar determinación y carácter decidido. No supe cuáles fueron sus indudables méritos para que los belmonteses le hayan colocado en el horizonte visual de sus vidas por mucho tiempo. Esas decisiones son tremendamente transcendentes, pesan, aunque no lo parezca, en la determinación del espíritu y carácter de las ciudades, luego también de sus habitantes. Hay que tener cuidado con lo que se hace, me parece, pero no se lo dije a nadie…
19 DICIEMBRE 2013
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