…Salí a las ocho y media, después de cargar el coche con la aparatosa impedimenta y conduje despacio. Tardé poco más de una hora en llegar. Mi plan era fotografiar en tres cuevas diferentes. En la primera, situada al borde de una carretera local, pero escondida detrás de árboles lo que la hace apenas visible, estuve poco menos de tres horas. Me llevó bastante tiempo preparar y recoger el escenario y el material de trabajo. En estos emplazamientos ajenos, a pesar de estar aparentemente abandonados, me resulta imposible sentirme tranquilo, luego trabajo con una sensación de urgencia y desasosiego nada propicias para la concentración y la «creatividad». Siempre me acompaña la aprensión de que en cualquier momento aparecerá alguien con derechos de propiedad al que me será difícil explicar mi intromisión y sobre todo mis inauditas representaciones; además de que puedan llegar los malos; o los espíritus que allí viven aunque no se vean. Demasiadas amenazas para mis incontenibles terrores…
23 DICIEMBRE 2013
© 2013 pepe fuentes