…De pronto, desemboqué en una plaza, que en mi vida en la ciudad ha sido, a lo largo de décadas, sitio de paso (uno de mis colegios estaba al lado y mi madre vivió a solo cincuenta metros) y ahí mismo y sin buscarla (porque además no me acordaba de lo que me había contado Manolo hacía tan solo unos días), me encontré con el prodigio: una gigantesca fotografía panorámica de la ciudad. Sí, allí estaba expuesta, delante de mis atónitas narices… y no daba crédito por extraordinaria e inexplicable. No la fotografié, no llevaba cámara, porque casi nunca espero encontrar nada en los paisajes cotidianos, y en eso me equivoco. Mucho. Mañana intentaré contarla, aunque no creo que lo consiga acertadamente…
15 FEBRERO 2014
© 2009 pepe fuentes