Hoy no sé qué escribir y eso que no puedo abandonar el diario faltándome solo veintiún días para el décimo aniversario (trece de marzo de dos mil cuatro) y tengo que llegar como sea (absurdo propósito, solo es cuantitativo, estadístico, obsesivo, paranoico y, por supuesto, banal). Pensándolo mejor, ¿y por qué tengo que llegar, si allí no hay nada? Quizá sea más propio de mí acabar el diez de marzo, por ejemplo. Hasta hoy son tres mil seiscientas treinta y dos fotografías e igual número de textos: cada día una entrada nunca repetida. Bueno, pues da exactamente igual veintiuna más o menos, el mundo seguirá girando igual y yo también; bueno, yo más que girar armoniosa y cadenciosamente lo que hago es –balancearme entre la ansiedad y el desaliento– y, sin pretenderlo, casi me ha salido una paráfrasis de una cita de Arthur Schopenhauer: «La vida oscila, como un péndulo, entre el dolor y el hastío.»
20 FEBRERO 2014
© 2013 pepe fuentes