…Por otro lado, puede haber otra vertiente de esta incontinencia verbal que en mi caso se traduce en una escritura interminable y quizá no sea otra que la nítida y decepcionante sensación de que es imposible que alguien me escuche (nadie escucha a nadie, nadie conoce a nadie, por lo tanto solo queda escribir). Como dice un tipo muy, muy simpático al que estoy leyendo ahora: Iñaki Uriarte:«…no sé quién ha dicho que escribir es hablar sin ser interrumpido» y soñar que además te escuchan (o leen, claro) añadiría. La otra vertiente de mi impúdica verborrea me trae sin cuidado; mis confesiones son como una ínfima viruta metálica en un inmenso montón de chatarra, nadie las encontrará y si, accidentalmente, se tropiezan con ellas, ni cuenta se darán. Resumiendo: hago lo que hago porque no tengo más remedio, para que no me trague el vacío, porque me da la gana y porque puedo. Pues eso.
8 MARZO 2014
© 2009 pepe fuentes