…También me sucede lo mismo con la escritura, soy incapaz de planear qué escribir si no es frente a la pantalla y el procesador de textos. Antes de tener el teclado delante de mis narices, nada, no se me ocurre nada. Dependo de la «máquina» que toque para que concitela acción, sin ellas, catatonía pura. Tengo un alma impasible y desganada…
17 MARZO 2014
© 2013 pepe fuentes