…Luego, después de los elefantes y las piedras y la tierra color tierra; las cebras. Las cebras compusieron para mi cámara una especie de intrigante y enigmática representación coreográfica. Se movían a impulsos coordinados e insondables. Movimientos aparentemente mecánicos, combinados con un estatismo ensimismado. Iniciaban unos pasos al unísono y se paraban, yo fotografiaba y ellas continuaban con sus evoluciones pausadas. Y así un buen rato. Luego nos cansamos todos, ellas y yo. Se fueron, y nosotros también, a tomar una cerveza…
30 MAYO 2014
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