…No entré en ningún recinto o monumento histórico, no fui a ningún parque o jardín, tampoco entré en ninguna tienda de artesanía a fotografiar a las dependientas posando junto a las baratijas que venden. Para el apartado de «personajes actuales» eché de menos que hubieran contratado a Alberto, nuestro Alberto, porque habría sido más «artístico» y clásico. Ortodoxia pura y dura, sobre todo dura, que a estas alturas de la historia ya es pura heterodoxia: «Me he convertido en un inventor de realidades». Alberto García Alix (aquí no habría hecho falta que inventaras nada, Alberto, la irreal realidad te pasa por encima y te aplasta). Tampoco compartí una bañera con un pequeño guerrero templario encima de un plato o algo así, sacando un pie fuera del agua y amenazando al horroroso juguetito con una pequeña espadita, como hizo uno de los intérpretes del momento, este momento, de la ciudad. -Una fotografía así está muy lejos de tu capacidad creativa, de abstracción o intuición simbolista, metafórica, o tal vez surrealista de la supuesta modernidad de este lugar -me dije-. Por eso, conociendo mis limitaciones (es lo que tienen los retos, que es fácil resultar derrotado) esa mañana solo caminé por la ciudad muy lentamente durante cuatro horas, parándome a fotografiar de vez en cuando por si se me aparecía el espíritu de la «Contemporaneidad» …
13 JUNIO 2014
© 2014 pepe fuentes