…Poco antes de terminar mi frustrada búsqueda, físicamente cansado y fotográficamente exhausto, me acerqué a ver una de las obras de Cristina Iglesias, Tres Aguas, que han situado en la Plaza del Ayuntamiento. Tenía muchas expectativas sobre esa obra y sí, me pareció magnífica. De lo mejor que he visto de esta escultora. Genial y muy bien ubicada. Esta ciudad, con estas actuaciones, sí está en el camino correcto de la contemporaneidad (me parece). Ojalá instalen más obras similares. Vuelvo a los «trece fotógrafos de prestigio internacional» (exprés), que tanto juego me están dando este mes. Me habría gustado saber quién era el autor de una de las fotografías: una bañera (con agua), un templario en miniatura sobre una especie de plato o algo así, un mano que esgrimía una espadita que amenazaba (supongo) al templario y el pie del fotógrafo (supongo) saliendo del agua enjabonada. Es curioso porque ese tipo de fotografía tan «rompedora» se hacía en los años setenta: la «nueva fotografía española» de aquellos años, que, fatídicamente, ya es pasado casi olvidado. Aquella «nueva ola» (Ouka Lele, Pérez Mínguez, Jorge Rueda, Carlos Villasante, que además de ser de aquí es amigo mío, y más y más) nació en la órbita de Nueva Lente y ahora, oh, aquí está de nuevo, rediviva, última y rabiosamente contemporánea, y al mismo tiempo, tan antigua ya. Los «trece fotógrafos de prestigio internacional» (exprés) no fotografiaron singularmente a habitantes de ahora, salvo a las dependientas de artesanía (horrible fotografía, por cierto, parecía el peor «Pop» imaginable, o tal vez Kitsch, luego nada contemporáneo). Sin embargo, sí era asombrosa y sofisticadamente moderna, elegante y bellísima La dama del armiño (1580). Lo que me remite a la inquietante y estimulante sensación que me ha acompañado a mis dos últimas aproximaciones a la ciudad: lo más moderno con lo que cuenta es la vida y obra de El Greco, es decir, El Greco mismo, un artista de vanguardia, contemporáneo de ayer y de hoy.«E incluso la posteridad es una hermosa cabrona que escamotea a unos y hace renacer a otros (El Greco)…» Marcel Duchamp.
21 JUNIO 2014
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