14 DICIEMBRE 2014

© 1982 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1982
Localizacion
Manolo Alonso, (Toledo, España)
Soporte de imagen
-120 MM.- TRI X 250
Soporte de copias
ILFORD MULTIGRADO WARMTONE BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
18 x 22,7 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Año de copiado
2014
Fecha de diario
2014-12-14
Referencia
7400

«La peor derrota en todo es olvidar, y es sobre todo lo que te lleva a la tumba». Céline
El veintiocho de Octubre, conté en este diario que hacía veinte días que había recibido una llamada inesperada, de un amigo artista que hacía más de veinte años que no sabía de él. Acordamos vernos en breve y, tan solo unos días después, a media mañana, le hice una visita. Desde las seis de la mañana del día señalado, nada más levantarme, me sentí nervioso e inquieto por ese momento en que depositaríamos nuestras miradas en nuestros cuerpos inexorablemente avejentados. Cómo nos sentiríamos, cómo lo haríamos, qué nos diríamos, qué ocurriría en ese hasta hace nada improbable reencuentro. Me intranquilizaba la obra del tiempo, ese canalla, en ellos, Manolo y Tete, y en mí. Es preocupante cuando uno se enfrenta a sí mismo a través de la mirada de testigos del pasado que, misteriosa e inesperadamente, regresan y observan lo que ha sucedido. Pensaba: -nos miraremos atentos y cariñosos, dispuestos a perdonarnos tanto desapego y silencio y nos reiremos secretamente, y también nos alegraremos infinitamente de reencontrarnos-. Sí, eso pensaba y eso era muy bueno para mí; me reconfortaba y hacía que sintiera que aún todo era posible. Pensaba: -si aún son posibles momentos como el que viviría, todavía sigo y seguimos vivos, luego es posible rescatar del olvido lo que se quedó en la grisura desvaída del abandono-. Sí, todas esas fantasiosas quimeras revoloteaban por mi excitada expectativa. Pensaba: –me gustaría mucho fotografiar a Manolo, también a su mujer, Tete (Donatella Carla Asinari Di San Marzano) pero quizá no sea oportuno; exploraré esa posibilidad y si veo algún modo natural de hacerlo lo intentaré-. Aunque también sabía que no lo haría. Pensaba: -me llevaré el equipo, pero no lo sacaré del coche, sería una interesada descortesía, una grosería más bien-. Pero claro, tampoco sabía si sería posible otro encuentro, aunque si no era factible, tampoco lo eran las fotografías, razonaba sensatamente. Pensaba: –sí, pero si les fotografió, al menos, podremos seguir acordándonos también de este momento y no solo del de antes-. Como dice el título de la novela leída últimamente: Así empieza lo malo, de Javier Marías, porque lo peor ya ha pasado… Sí, eso, para nosotros, para mis amigos y para mí, lo peor ya lo hemos superado y ahora estamos en Lo Malo…    

Pepe Fuentes ·