DIGRESIÓN UNA: Locke (2013), guión y dirección Steven Knight. Interpretada por Tom Hardy. Película de carretera, nocturna pero luminosa. Contrarreloj en tiempo real. Un hombre se acerca en la oscuridad hacia sí mismo con fuerza y determinación. No duda, aunque tema y llore. Su decisión es inconmovible. Hay momentos en que una persona que se precie hace lo que tiene que hacer, y esta historia lo muestra creíble y conmovedoramente. No hay tregua y tampoco flaquezas. El hombre está solo, en su coche, con la carretera oscura y hostil frente a su mirada y su fuerza que no sabe de dónde ha salido. Es nueva para él. La responsabilidad profesional y la calidez del hogar familiar tiran de él con fuerza insoportable. Las llamadas telefónicas le abruman, le acorralan, la realidad de su vida, una determinada realidad, le envuelve y le somete a una espiral que tira de él hacia abajo, hacia la oscuridad absoluta, aunque aparentemente confortable; pero él sube y sube hacia la luz, la suya, la única posible. Su compromiso con las consecuencias de sus actos le llevan hacia adelante. También su generosidad y su piedad. Es un hombre en pie de guerra, íntegro e invencible. Todo está en contra pero él apuesta por la verdad, por su verdad, la única que puede dar sentido a su vida y la única que le permitirá poder mirarse a la cara y a la de los demás. Habla incesantemente por teléfono intentando que todo su mundo circunstancial no se venga abajo con estrépito. También habla con un mal padre, muerto ya. Ajusta cuentas con él. Aparentemente todo acabará bien y mal al mismo tiempo. Quizá la estupidez y la impiedad le aniquilen, pero él habrá vencido ante sí mismo, el único juez y testigo que importa. Película absorbente, inclemente, bella, convulsa, imprescindible, perfecta. La narración de la historia combina elementos y tempos con una exacta precisión. El ritmo dramático de los diálogos telefónicos, fundidos con los expresionistas paisajes nocturnos de autopista y los primeros planos del rostro del protagonista son, sencillamente, perfectos. Pero no, no es solo la depurada técnica cinematográfica lo que hechiza, sino también, y eso es la parte esencial de esta historia, la carrera imparable del protagonista hacia la consecución de su ideal ético, de lo que les debe a los demás por sus actos; de quién es él en el mundo y de lo que significa pasar honestamente por la vida.Todo eso y más es Locke.
14 ENERO 2015
© 2012 pepe fuentes