…pepe y las citas X: Mi madre me parió hace muchos años y, como decía Askildsen ayer, en ese fatídico acto ella no supo que ponía en funcionamiento un artefacto ciego, con un itinerario prefijado hasta el final. Fatídico asunto el de mi vida (por banal). Siempre he sospechado que en el ser que he sido y que nunca he podido dejar de ser, ha tenido algo que ver el hecho de ser hijo único (una de las pocas circunstancias encantadoras de mi vida), como en el caso de Haruki Murakami: «Yo adolecía de la tendencia al aislamiento propia de los hijos únicos. Cuando tenía que hacer algo en serio, prefería llevarlo a cabo por mí mismo. Explicar las cosas, una a una, y hacérselas entender a los demás me parecía una pérdida de tiempo y energía, me era más cómodo hacerlo yo sólo sin decir nada a nadie». Esta cita y la siguiente, también de Murakami, claro, aparentemente no tienen relación. Sin embargo para mí, sí, absolutamente, porque en la determinista cartografía de mis hechos ya estaban acotados desde el inicio de todo el que cavaría agujeros o amontonaría piedras sin sentido ni finalidad, o al menos las fotografiaría: «De vez en cuando cavan un agujero contó el anciano. Puede que, en el fondo, sea lo mismo que mi pasión por el ajedrez. No tiene sentido, no lleva a ninguna parte. Pero eso no importa. Nadie necesita que tenga un sentido, nadie desea llegar a ninguna parte. Nosotros, aquí, abrimos un agujero puro tras otro. Actos sin finalidad, esfuerzos sin progreso, pasos que no conducen a ninguna parte, ¿no te parece maravilloso? Nadie resulta herido, nadie hiere. Nadie adelanta, nadie es adelantado. Sin victoria, sin derrota».
25 ABRIL 2015
© 1979 pepe fuentes