El día de la Tarasca, de los Gigantones y Cabezudos o de la transustanciación de la materia en espíritu. San Cirilo proclama: «No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Señor, porque él, que es la Verdad, no miente». Nos acercamos temprano a la ciudad. Habitantes y visitantes ya deambulaban por calles y plazas. Es un día grande, una gran fiesta centenaria de la tradición católica. Cada año, se repite lo mismo, incansablemente. La gracia radica en que nada cambie y por supuesto nada cambia. A mí me gusta que sea así. Mientras envejecemos irremediablemente el ceremonial sigue siempre igual, invulnerable al paso del tiempo. Quizá es esta la razón que permite que los viejos nos acerquemos con una cierta ilusión de eternidad…
1 JULIO 2015
© 2015 pepe fuentes