…Dimos una vuelta para hacer tiempo y fotografiar y vimos las mismas piedras, el mismo sol filtrándose por los resquicios de los toldos, la misma escenografía, los mismos motivos decorativos, los tapices de siempre, las mismas gentes, las mismas vestimentas domingueras, las mismas sillas atadas en las aceras. Igual, todo lo mismo que siempre. Imperecedero. Aquí nadie se cansa nunca de nada. Yo sí me canso, mucho; pero no de lo que ocurre en el gran día de la ciudad. Me gusta todo y no sé por qué, porque nada de lo que sucede tiene que ver conmigo; o sí…
5 JULIO 2015
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