…No, Juan Estanislao, son preguntas sin respuesta, porque las llevas a tu terreno, el de la fe, y eso ya sabes que es una trampa para crédulos como tú. En fin, hablaré de otras cosas, de cuestiones vivenciales, humanas, nada «divinas»: un día lluvioso, siendo muy niño, vi la procesión por primera vez, sobre los hombros de mi padre. Nunca supe lo que pensaba mi padre de la ciudad, y mucho menos de la procesión. En realidad no sé qué pensaba sobre nada. Murió antes de que pudiera saber algo sustancial de él. Yo me quedé y aquí sigo. Sin embargo, mi hijo, que de niño participó como seise de la catedral en la procesión, se largó en cuanto pudo de la ciudad, a los dieciséis años, para no regresar. Supongo que se olvidó de la experiencia religiosa y cantora (aunque eso solo lo supongo porque no hemos hablado de ello)…
7 JULIO 2015
© 2015 pepe fuentes