El balbuceo de hoy lo perpetré en Julio. Puro pasado. Son los curiosos efectos especiales del tiempo en este diario: escribo mirando al día que vendrá y lo que finalmente aparece ya es pretérito. Pero eso es inherente a cualquier actividad humana, o simplemente al hecho de vivir en el espacio y el tiempo (no hay otro modo, salvo para los dioses, supongo). Por otro lado, como no puedo prever si en ese intervalo de tiempo habrá catástrofes naturales, o de otro tipo (como que los políticos nos llamen a las urnas), este diario, como no podía ser de otro modo, procura eludir las conexiones con la actualidad. No, no es ningún inconveniente porque, a fin de cuentas, las convulsiones del mundo no son de mi incumbencia…
1 AGOSTO 2015
© 2013 pepe fuentes