Ayer acabé unas arduas reflexiones sobre el placer de vivir en la Muy Madura Edad, nada originales por cierto, pero que podría alargar durante varios días más, aunque no me apetece. Acabamos de regresar de viaje, tengo sin hacer el diario de los próximos días. Obviamente es imposible que cuente algo del viaje porque todavía no he tenido tiempo de reencontrarme con mi vida cotidiana. Tampoco he revelado los rollos que he hecho, pero algo tengo que poner aquí para que el hilo de Ariadna no se rompa. Podría recurrir a las citas, tan socorridas, o contar algo de Charlie, o simplemente aprovechar para acabar con el diario, se rompa lo que se rompa. Pero no, creo que retomaré la manifestación del cuatro de Julio, la de los gays y lesbianas con orgullo. Sí, eso haré, pero a partir de mañana…
18 AGOSTO 2015
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