…Pues sí, por fin, después de años de asumir el simple rol de narrador-espectador con una vieja cámara grande entre las manos, he empezado a intuir que no, que el asunto no es ese, que no puedo seguir yendo detrás de lo que ellos quieran mostrar, sino más bien en lo que yo quiera interpretar. Quizá una visión lejana, abstracta (sí sobre todo eso, una cierta abstracción), sazonada son sutiles matices o sugerencias de un cierto expresionismo. Qué si no? Por el momento no se me ocurría mucho más. En cuanto a la problemática gay, infinitamente más dramática e insoportable en otros contextos culturales, aquí, en cuanto a su vertiente festiva, no deja de ser nada más que una inmensa masa de gente que circula por algunas calles, aupada en camiones, bailoteando y haciendo un ruido infernal. Quizá tendría que inspirarme en la pintura religiosa barroca, plena de claroscuros y dramatismo a la manera de Caravaggio o El Greco. Por ejemplo, en obras como El expolio porque a fin de cuentas los gays han vivido perpetuamente despojados de su incuestionable libertad sexual. Pero no sé, todavía no tengo maduro ese incierto manierismo fotográfico que creo que me convendría…
22 AGOSTO 2015
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