TODAVÍA NOS QUEDABA JOAQUÍN TORRES GARCÍA (el sábado once de julio). Sí, porque la obra de este pintor siempre me ha interesado sobremanera. Los movimientos de sus composiciones, tanto espaciales como cromáticos, configuran figuras y relieves de orden constructivo. La amalgama de cuadriculas de color y textura mantienen un ritmo interno mágico. La armonía que irradian sus cuadros y esculturas contiene una belleza que se inscribe en un más allá mitológico y metafísico, pero sin cerrar nunca el relato como compleja e inagotable posibilidad. Inspiradores. Probablemente, a Torres García, le tengo frecuentemente presente a la hora de fotografiar determinados motivos, caros para mí. Tanto en mi manera de ver la fotografía urbana como, incluso, fotografía de personas, sobre todo en contextos urbanos. Con Torres García dimos por terminada nuestra gozosa visita a Madrid, el sábado once de julio.
16 AGOSTO 2016
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