…No hay verdades absolutas. Fotográficamente tampoco. Solo intuiciones y reflejos en el ojo dorado de la propia consciencia. Para qué más. Mi compulsiva necesidad de transcender el tiempo cabalgando sobre mis viejas cámaras, portadoras de lo preciados haluros de plata, hace que busque y busque y a veces encuentre. Sí, porque estoy seducido o, mejor dicho, abducido, tanto por mi imaginaria capacidad para encontrar como por el sinsentido de esos encuentros. Realizo las fotografías más corrientes e inútiles del mundo pero, al mismo tiempo, las más brillantes, eso me parece, porque representan todo y nada, como la propia vida de alguien…como la mía, sin ir más lejos…
4 SEPTIEMBRE 2016
© 2016 pepe fuentes