…Como el de este fantástico Diplodocus, que solo habita en la fantasía que puede crear la memoria. El azar, poderoso aliado, viaja siempre con nosotros. Nunca se le debe desoír. Procuro no hacerlo, aunque a veces me pilla distraído porque emite multitud de señales y, tan impulsivo e inconsciente como soy (o ansioso), suelo salir corriendo detrás de alguna de ellas, la primera que me hace un guiño, pero que casi siempre es la equivocada y eso hace que me pierda la verdadera. No es grave, sencillamente porque es parte del juego. En este caso, afortunada y brillantemente, seguí la buena, que no era otra que la de los fantásticos, desmesurados y bellísimos animales imposibles…
6 SEPTIEMBRE 2016
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