…Estoy «frito» (como decía una amiga) este mes con el diario. Ni siquiera se me ocurren más palabras, así que, para enriquecer un poco este tostón, voy a echar mano de Claudio Magris, que ha reflexionado con sentido y profundidad sobre lo que significa viajar, o no viajar: «El viaje es también un benévolo aburrimiento, una protectora insignificancia. La aventura más arriesgada, difícil y seductora se lidia en casa; es allí donde nos jugamos la vida, la capacidad o incapacidad de amar o construir, de tener y dar felicidad, de crecer con valentía o agazaparse en el miedo; es allí donde corremos los mayores riesgos». No, no me está saliendo muy bien la exposición de fotografías realizadas en los dos viajes, uno muy corto y otro un poco más largo, de hace un mes. No sé, como dice otra vez Claudio Magris: «El viaje es una realidad en indicativo, pero también en subjuntivo. Cada viaje, obviamente, tiene su medida, su ritmo, su paso y su respiración». Y estos, el corto y el largo, salieron así, y eso ya no se puede cambiar…
27 SEPTIEMBRE 2016
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