VIAJE A BILBAO Y BURGOS (13 al 17 Abril). Viernes. El accidente: cuando me siento sobreexcitado por una expectativa de trabajo, suelo actuar algo atolondradamente y en este caso ocurrió, una vez más, y ya van muchas veces. Cargué la cámara con un rollo SFX 200 (no tenía Delta 3200, el idóneo para las condiciones de luz que me encontraría), pero no me aseguré que la lengüeta quedara fijada y claro, se soltó, como no podía ser de otro modo. Fotografié y cuando estaba a punto de acabar el rollo, me di cuenta del desastre. No obstante, antes de abrir la cámara para verificar el siniestro, retraje el rollo un poco, tanto que, al abrir la cámara comprobé que la lengüeta había desaparecido. El espanto me invadió por entero: no tenía más película. Me desesperé por mi impericia. Naty, que es inasequible a los problemas, me dijo que pensara tranquilamente en cómo podía arreglarlo y que lo conseguiría. Cualquiera que haya manejado los rollos metálicos de 35 mm sabe que están herméticamente cerrados y que es tremendamente difícil abrirlos si no te ayudas de una herramienta. Eso hice, recurrí a un llavero y en un servicio tapando el rollo con la cazadora conseguí abrirlo y hacer visible la lengüeta de enganche, pero, a partir de ahí, había que cerrar la carcasa metálica, cuestión absolutamente imposible porque estaba deformada. No obstante, conseguí recomponerlo precariamente e introducirlo de nuevo en la cámara. Volví a fotografiar lo mismo, es decir, recorrer el Museo nuevamente. No sirvió de nada porque, a pesar de que el rollo funcionó perfectamente y no se veló, me equivoqué en el tiempo de revelado y nada se hizo visible…
4 MAYO 2017
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