VIAJE A BILBAO Y BURGOS (13 al 17 Abril). Sábado. …Ahora parece que están más tranquilos y que ya no matan, pero tampoco nos aceptan como compañeros de viaje en el mundo. Yo, sin embargo, por más que los miraba no encontraba diferencia alguna con nosotros; o quizá sí, porque a veces me parecía ver en sus caras una expresión de estupor que quizá tenga que ver con la endogamia. Lo digo por esa obsesión que tienen de mantener la pureza de sangre, que procede de la misma raíz filosófica que las más nefastas ideologías nacionalistas (muy nazis), que tanto espanto han creado en los lugares donde han florecido. Pero insisto, a mí me parecía que eran como nosotros, aunque menos guapos que los madrileños, por ejemplo. Luego, otra obcecada particularidad de esas gentes, es su manía de utilizar una lengua primitiva, gutural casi, y al parecer única en el mundo, pero que no sirve para casi nada. Como ha permanecido muerta durante muchos años les faltan palabras, muchas, y, desde luego, no es apta para la vida contemporánea, por lo que impostan soluciones que tienen algo de ridículo, a saber, utilizan una raíz latina o española y finalizan la palabra con un añadido que tiene cierta analogía con su idioma, por ejemplo: musi-coa, aeropor-tua, y todo así. Esa quimera solo tiene el único fin de aislarse del resto del mundo, porque nadie aprenderá ni hablará vasco en el mundo, salvo ellos. Son los vascos quizá una raza con ADN especial (según algunos de ellos, muchos, sin duda), si es que se puede hablar en esos términos, pero que se concreta en una cierta terquedad obsoleta e intransigente que les aboca a una insensata tendencia a la exclusión de los demás, luego a la autoexclusión. Ellos sabrán, mientras que no nos maten se pueden ir en fila india y sin mirar atrás donde mejor les convenga…
8 MAYO 2017
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