DIGRESION UNA. Paterson (2016).EE.UU. Guión y dirección: Jim Jarmusch. Reparto: Adam Driver, Golshifteh Farahani, Kara Hayward, Sterling Jerins. Historia sobre un conductor de autobús y poeta aficionado llamado Paterson, que vive en Paterson, New Jersey. Paterson, el puntual conductor de autobús, al que se acerca cada mañana andando despacio con la pequeña tartera donde guarda su comida y los fetiches diarios amorosamente guardados por su amorosa pero un poquito atontada mujer, vive su vida con unas rutinas escrupulosamente trazadas y mantenidas. Paterson, que ha nacido en Paterson, es un hombre muy tranquilo e irrelevante en su discurrir por el mundo, al que observa desprovisto de emociones aparentes. Sin embargo, es un hombre intenso en la manera de mirar ese mundo y en su propio modo de interpretar y sentir lo que vive cada día. Diariamente crea bellos poemas que son transcritos en pantalla a medida que los escribe con una bella caligrafía sin tachaduras ni correcciones. Nunca vuelve atrás, su escritura se crea del modo más natural, como por arte de magia, es como el vivir o respirar, que no tiene vuelta atrás. Paterson es un hombre sabio porque tiene interiorizado que nada tiene arreglo y que la vida se vive en cada instante y no cabe volver sobre los instantes pasados, porque ya son otros. La poesía de Paterson es tan natural como el sencillo paso del tiempo. Nunca se enfada, nunca se crispa y tampoco está interesado en corregir o cambiar nada. Su perro es un hijo de puta, de esos seres vivos de los que hay que guardarse, pero Paterson tiene una paciencia infinita con él. Jarmusch parece querer contarnos que Paterson y su pareja mantienen una relación tranquila, perfecta, atenta y amorosa, pero a mí, lo que me pareció percibir, es que es una pareja en formol, muerta, sin vida, por mucho que se acariciaran al despertarse. O quizá no, no sé, eso nunca se sabe. Nunca nadie puede saber lo que realmente pasa en el interior de una pareja. El perro compite por el poder en la casa con Paterson, y siempre gana el perro ¡¡¡menudo hijo de puta!!! Y, además, al entrar en la casa sabe cerrar la puerta, como Charlie, mi perrito, pero con la diferencia de que yo me llevo muy bien con Charlie porque es bastante mejor perrito que el de Paterson, aunque yo no sea tan bueno como Paterson. Memorables son las escenas en el bar, los breves paseos con el dichoso perrito, la cena de una incomestible empanada y, sobre todo, el diálogo de Paterson con el japonés amante de la poesía, una especie de demiurgo mágico y protector del hálito y talento poético de Paterson. Jarmusch ha creado una película que sucede a lo largo de una semana, vibrante, de una belleza perturbadora, perfectamente escrita e intensamente interpretada, sobre todo por Adam Driver, que ya me encantó en trabajos anteriores. Una obra maestra de principio a fin.
14 MAYO 2017
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