24 MAYO 2017

© 2015 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2015
Localizacion
Berlín (Alemania)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2017-05-24
Referencia
3152

DIGRESION ONCE: Der Untergang (El hundimiento). Alemania (2004).Dirección: Oliver Hirschbiegel. Intérpretes: Bruno Ganz, Alexandra María Lara, Corina Harfouch, Ulrich Matthes, Juliane Köhler. Perfectamente ambientada y de exuberante producción a la que no le falta nada. En cuanto a la narración, es de un verismo escalofriante, especialmente gracias a la impresionante interpretación de Bruno Ganz. En los días en los que transcurre la acción, pocos, se siente el creciente drama que vive la ciudad y el búnker donde se refugia Hitler y sus más próximos secuaces. A medida que el desenlace se aproxima Hitler entra en un delirio incontenible, grita, se espanta, delira, y esos estallidos de cólera los combina con momentos de serena y callada resignación. En ambas facetas Ganz está inmenso. Su desconexión con la realidad que vive llega al extremo de, con los rusos a menos de quinientos metros, todavía pensar en una victoria final. En las pocas cosas que dice deja claro que el pueblo solo es un instrumento para sostener sus sueños y que, si no lo logra, da igual que vivan o mueran. Sus vidas son irrelevantes, solo sirven en función de la victoria y su megalomanía. No hay piedad para nadie. Cuando reflexiono sobre el abominable ser que fue Hitler, siempre se me ocurre pensar en el gran gozo que debió experimentar a lo largo de los doce años que estuvo en el poder, ejerciéndolo de forma tiránica y absoluta. Seguro que le compensó porque los psicópatas como él no tienen ningún problema con la culpa. Hitler disfrutó hasta el último momento, hasta su teatral final. Muy pocos seres humanos, a lo largo de su vida, pueden llegar a ese paroxismo y embriaguez. Hizo inmensamente desgraciadas a millones de personas, y no solo eso sino que, por su causa, una parte importante de su país tuvo que sufrir durante cuarenta y cuatro años la feroz y paranoica dictadura comunista. Qué inmensa desgracia.  

Pepe Fuentes ·