26 MAYO 2017

CUESTIONES tecnológicas, que tantos quebraderos de cabeza me han dado últimamente, concretamente mi escáner desde hace trece años. Se trata de un Nikon Coolscan 9000, desde 35 mm hasta formato medio. Nikon hace bastantes años que dejó de fabricar y mantener los coolscan, por lo que no ha ido actualizando el software a medida que los sistemas operativos avanzaban. El ordenador que sustentaba el ya obsoleto sistema operativo con el que funcionaba, empezó a fallar por los muchos años de servicio y, a esto, se añadía que el propio escáner, nueve mil escaneos después, también fallaba constantemente. He intentado solucionarlo con parches diversos: instalar en un ordenador un sistema operativo compatible, solucionar la conexión con adaptadores ad hoc e incluso pensé en comprar un Coolscan 9000 de segunda mano. Finalmente abandoné la idea por cara, complicada e inestable. Me he resistido hasta el agotamiento a abandonar mi viejo escáner porque era buenísimo, tanto tecnológicamente como en fiabilidad. Generaba ficheros de 175 MB a partir de negativos de 120, y de 39 MB, en 35 mm., con una calidad espléndida. Es el cadáver de la foto de hoy. Me preguntó cuánto tardaremos los que aún seguimos aferrados a los viejos sistemas en tener que abandonar por falta de material y recursos.