LOS CREYENTES III. Por desgracia, o tal vez por suerte, apenas si soy capaz de planificar de antemano nada (lo de hacer guiones no se me da), sencillamente porque sé que luego, en el campo de juego, con la función empezada, los hechos siguen su curso sin pedirme opinión y a mí solo me queda seguirlos tembloroso, acuciado por la búsqueda de lo que sé que está ahí y que temo no encontrar. Avanzo dubitativo y ansioso por los inestables territorios de la urgencia…
3 JULIO 2017
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